Interpretación De Pinturas Famosas
María Edelmira Ovies López 
El objetivo de este trabajo final realizado por los alumnos de 4º de la ESO, ha sido la observación minuciosa de una obra pictórica de su elección, para someterla posteriormente a una reinterpretación personal.
El análisis exhaustivo de significantes y significados, ha dado lugar a nuevas apariencias que invitan al espectador a una reflexión personal a partir de la observación de los cambios efectuados sobre la obra original, independientemente de cúal haya sido la intención del autor de la transformación.
Anexos a la exposición de las obras, se facilita una pequeña sinopsis del original de procedencia para facilitar la mejor apreciación de las diferentes versiones.
Las técnicas utilizadas,fácilmente detectables en las propias obras, han sido: témperas, acrílicos, lápices de color, rotuladores, cera, cera en dilución, y tizas. El soporte cartulina blanca, alguna sobre lámina de madera.
Listado de obras, autores originales y alumno que interpreta la obra:
1- American Ghotic, de Grant Word. Claudia GLez Panadero y Angela Pereira.
2- Adán y Eva de Lucas Granach el Viejo. Lucía Alonso Nicieza.
3- Marylin de Andy Warhol. Anahí Menéndez Hernández.
4- El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck. Alba Viejo Rodríguez.
5- La toilette de Tolouse Lautrec. Iván González Espina.
6- Chicos comiendo fruta de Murillo.Natalia García Fdez.
7- Las espigadoras de Millet. Manuel Díaz Ruiz.
8- Los jugadors de cartas de cézanne. Ignacio Iglesias Belderain.
9- El grito de Edgar Munich. Yaiza Pisqa Jiménez.
10- La desintegración de la persistencia de la memoria de Dali. Borja García Rivero.

Adán y Eva de Lucas Granach el Viejo. Lucía Alonso Nicieza.
Las espigadoras de Millet. Manuel Díaz Ruiz.
El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck. Alba Viejo Rodríguez.
La toilette de Tolouse Lautrec. Iván González Espina
Chicos comiendo fruta de Murillo.Natalia García Fdez

Marylin de Andy Warhol. Anahí Menéndez Hernández





El grito de Edgar Munich. Yaiza Pisqa Jiménez

La desintegración de la persistencia de la memoria de Dali. Borja García Rivero



American Ghotic, de Grant Word. Claudia GLez Panadero y Angela Pereira.
Los jugadors de cartas de cézanne. Ignacio Iglesias Belderain.
Aquí podéis leer el cuento que ha sido finalista del concurso literario La Felguera 2012-
La autora María Edelmira Ovíes López es profesora de educación plástica y visual en este centro.
Nuestras más sinceras felicitaciones a nuestra compañera.

SER UN ENSER

Estaba allí, yacente, acabado, en el oscuro vientre negro del contenedor arrimado a la esquina por donde se salía y se entraba. Aún no del todo inmóvil, sino respondiendo a los embates de otros enseres a los que había contribuido a recrear.
Tenía en sí una cuchilla alargada, oblicua un cuarto de su anchura como se inclinan los muelles en las dársenas a buscar el mar. Una cabeza aplanada de acero con una hendidura en el medio, la sujetaba al resto del cuerpo desmembrado en dos a lo largo, pero aún no del todo separado, por las curvas caprichosas de cómo su cuerpo quebró.
Y ya parecía olvido, cuando en la memoria de ese tiempo que danza hacia delante y hacia atrás, aparecieron como laboriosas hormigas saprófitas, aquel elenco de actores que ciegos, llevaron a cabo su crimen.
Uno se levantó porque quiso. Porque pensó que algo no iba bien. Y trajo con él algo de aquello con lo que estaba haciendo su trabajo, que entre sus manos trémulas sorteaba los dedos sin que en aquel estado sirviera para nada.Y aquel que ahora parecía abandonado, supo entonces hacerlo cobrar vida, sin decir nada, sin pedir nada. Tal como ahora, en silencio.
Era de aquella materia de la que no se hacen las cosas que se piensan para durar. De un color primario y amenazador, no por la calidez del pigmento sino por la pureza del color. Pero ya abierto, dejaba ver la inconsistencia de lo inerte en la repugnancia blanquecina que asaltaba los bordes, como una baba instalada en las crestas del mar, procedente de no se sabe cuántas complejas fermentaciones de seres y enseres que algún día fueron, estuvieron, vivos. Su boca grande, se estrechaba a lo largo como un embudo, tanto que había sido necesario facilitarle un desahogo en su tercio final para liberar su organismo de todo lo que no llegara a tener la naturaleza de polvo cuando engullía. Mientras comía, no se alimentaba a sí mismo, sino que simplemente transformaba lo que le llegaba, haciendo de ello caprichosas formas dirigidas con la misma batuta pero incontrolablemente distintas.
Aquel que se levantó porque quiso, se encarnó en otro a quien se le llamó porque no quería expresar nada en su papel. Un actor fornido, de piel morena, que giraba inconstantemente en su silla sin encontrar su sitio. Llegó y mostró lo que no hacía. Colgaba de su mano la obra constantemente inacabada. La inexistencia de los útiles de trabajo en sus manos, imitaba su propio vacío. Fácilmente deslizaba su cuerpo entre los pasillos porque no transportaba otra cosa que aquello que en su interior se agitaba. Sin embargo, aquél que ya no era, también tuvo siempre para él un regalo de colores que indolentemente aceptaba de vuelta a su lugar de origen.
Uno de tantos días que eran seguidos, desapareció y aunque muchos otros podían hacer la misma función, supo dibujar bien claro su ausencia. Se echaba de menos su cuerpo anguloso y ligero sorteando los obstáculos. Todos preguntaban por él, y aunque acababan substituyéndolo por otro, no lo hacían sin cierta nostalgia. Un extraño vacío se apoderó de los lugares que frecuentaba y el sentimiento de orfandad de los objetos con los que había convivido, se hacía patente a cada instante. Fueron largas horas de no estar, hasta que la cuchilla clavada en su cuerpo se estrelló contra el metal de una mesa durante un torpe paso de otro de los actores. La aguda nota del golpe, agitó el escenario y volvió de repente a ser, en su antiguo lugar, a su propia naturaleza. Cada vez que había faltado, se había ido haciendo más grande a su regreso. El exiguo tamaño de su cuerpo, se rodeaba de un halo de misterio donde se hacían sordas las repetidas preguntas del auditorio.
Volvía cada vez, para inmolarse de nuevo. Rendía cuentas de su destino sin inmutarse, bajo la misma música. Crecía en silencio, como esas semillas que se alojan en el secreto de las grietas al amparo del viento, y no se sabe que están allí, hasta que el milagro se torna hirsuto, verde y valiente retando nuestros pies o la fuerza de nuestras manos. Sus raíces eran tan ubicuas y extensas como el aire, de modo que parecía que hubiera ido cambiando el modo de estar apoyado o deslizarse, por el de flotar. Pero aun así, era amigable y manso, si bien todos podían darse cuenta del agrandamiento de su figura.
Otro día, una actriz menuda y grácil, de esa clase de personas que parece que un halo invisible liberara todo lo suyo  de mácula alguna, se acercó al centro del escenario, para pedir opinión sobre lo que había estado haciendo. Traía con ella toda la gama de artilugios con los que estaba trabajando con objeto de no necesitar nada que no fuera de ella. Todos sonrieron admirados de la perfección con que llevaba a cabo su papel aquel adorable personaje, pero alguien lloró.
Tendido en la superficie, menguado y abatido, aquel ser de acción imparable, se retorcía sin moverse, olvidado por un instante de todos. Sus oídos parecían desbordarse con las carcajadas de un público siempre proclive a la mofa y el escarnio:”-Para estos casos ya no sirves amigo!”- se oía salir como bocanadas tóxicas de las gargantas de los actores.
Por momentos, pareció morir durante aquel lapsus de estúpido desprecio. De una extraña manera su cuerpo se encogía alrededor de su cuchilla clavada ahora presente coma la daga de su propio dolor. En silencio, escondió su agonía entre ajenas sombras y nadie dijo nada, desde que ninguna mirada podía alcanzarle.
Vivía en una sucesión de exaltación y ser ignorado que le era difícil de soportar, pero que sin embargo formaba parte de la substancia de su existencia. Era, como esas cosas imprescindibles que nadie quiere reconocer porque impiden ser totalmente libre.
Aquella mezcla que era de actores y espectadores intercambiando una y otra vez su papel, no era más que la preparación de una función que se repetía hora tras hora, actuando personajes con distintas caras y otros cuerpos, pero con la misma historia  y el mismo final.
El también tenía su tiempo de espectador, pero la historia por la que esperaba para sí, era distinta, aunque desde otra perspectiva, este hecho ocurría en el fondo para todos.
Como sucede cuando miramos, esperamos ver, o quizás sólo vemos, aquello que reconocemos en nuestra propia historia. No todos distinguimos lo mismo sobre el mismo escenario. Para él, sólo eran relevantes, aquellos rasgos que le indicaban si iba a poder realizar o no la función para la que había sido diseñado.
-Yo sólo estoy aquí. No sé de dónde vengo, pero sé a dónde voy. Me consumo en mi inane tamaño. A veces mi cuerpo está frío, a veces virtualmente incandescentes mis aceradas partes.
Todos vosotros habéis usado y abusado de mí hasta el extremo de atragantarme  brutalmente de aquellas anatomías con las que reclamáis mis servicios. No estoy pagado para lo que sirvo, ni valorado en lo que represento. Soy un auxiliar imprescindible preparando a los soldados para la guerra. Pero al final, siempre quedo abandonado e ignoto en algún lugar que, eso sí, casi siempre es el mío: alguna pulida superficie a veces inclinada donde muchas veces me deslizo por mi poco peso, u horizontal, donde me pierdo en el bosque de otros seres más grandes; en el interior de alguna geometría paralepípedicade cartón o madera; en el oscuro seno de acogedores vientres de variadas materias y formas; perdido en la vorágine de manufacturas de origen arbóreo; incluso alguna vez duermo en el dulce abrigo de la mano de algún artista vencido por el sueño o el alcohol.
Tengo, una voz casi imperceptible para vuestros oídos, que a mi sin embargo, me ensordece, y para vosotros es tragedia si se interrumpe su periódico sonar por el girar de vuestra mano.
Estoy aquí, bajo la falsa ternura que suscitan las cosas sencillas que no se quieren reconocer como imprescindibles. No tengo nombre propio, porque en todos los lugares se me llama de igual modo en distintas lenguas y por ello no puedo daros cuenta de una identidad única.
Pertenezco a una familia antiguacon parientes que se pierden en la Prehistoria. Soy un lacerador reconocido como bueno, igual que el cirujano que cercena las entrañas y se acepta de buen grado por la ilusión de extender el existir en el tiempo.
 A mí, a veces, me ha tocado también acabar con vidas ajenas. Sentía que iba a suceder así, cuando algún elemento carnal de esos que se llaman dedos, dejaba sentir su calor en el perfil de mi boca confundido en averiguar, si aquel esfuerzo manual, iba a obtener el fruto deseado. En esos casos, muchas veces ocurría, que se atoraba dentro de mí, el último vástago de un vientre ya exhausto y quedaba allí como el fruto de un sexo no deseado, partiendo después raudos los restos al mismo lugar donde yacente ahora me encuentro.
Llevo conmigo el misterio de la finitud de la vida que es materia, del tiempo que percibimos como un principio y un fin y por eso resulto en el fondo incómodo y se me adjudica un papel secundario. A muchos de mis parientes, los han creado por completo de la misma materia que la cuchilla que llevo clavada en mí y me convierte en yo mismo. Pero ellos, no me han contado su experiencia.
A estas alturas de mi declaración seguramente empiezo a resultar sospechoso, porque todas aquellas cosas que no se pueden etiquetar con claridad resultan incómodas. Muchas de esas personas que me han manejado, en edades tempranas, han sufrido el horror de resultar entonces, inclasificables. No les es fácil encontrar un grupo. Encontrar apoyos. Pero no es mi caso. Me siento socialmente aceptado, aunque quizás peligrosamente cerca de la universalmente aceptada clase de los parias.
Soy un clon, y me ha correspondido presentarme de la mano del maestro en el ámbito de un grupo de aprendices de artistas de los que se espera, luchen por representar lo mejor posible su  papel. Un atípico salón de actos en estado de preparación de una obra en la que historias distintas articulan un relato común.Estoy en un lugar, donde fermentan las más decisivas masas de lo que llamaremos futuro.
No soy alguien, soy algo. Rompieron mi cuerpo a costa de apretar mis flancos. Llegó un momento en que apretarme causaba pudor, porque nadie quería realmente ser el último responsable de acabar con mi naturaleza. Tengo en mis costados marcas verticales que retienen vivamente las carnes de quienes me usan. Una vez, al cabo del tiempo, sirvieron de senda a una hendidura y quedé  proclive ya a romper irreversiblemente. Mi cuerpo es en parte de un material derivado de millones de años de sedimentación vegetal bajo el mar. Dos materias no emparentadas, componen mi estructura y me avocan al desprecio por la incompatibilidad de sus bien diferenciadas resistencias. Tengo entre mis parientes, sujetos mucho más deseados que yo en los que esta dualidad no existe. Pero a mi tipo, a  cambio se nos adquiere más barato que a ellos y además se nos puede investir de distintos colores que nos aportan distintos significados.
Soy un tema que está sobre la mesa. Soy un objeto de deseo. Soy la solución a muchos problemas. Pertenezco al ámbito artístico y así me voy perfilando a mi mismo o simplemente, perfilando.
Soy consciente de que esta vez, estoy urdiendo con palabras casi un enigma. El enigma de quién soy realmente. Es fácil que ya estés deseando verme aparecer en la alfombra roja pero yo estoy más familiarizado con los viajes a la papelera.
Se levantó otro de los actores y me cogió entre sus manos.  Clavó en mis entrañas aquel cilindro delgado de madera terminado en una roma punta rojo sangre que evocaba el final de mis días. Sus dedos índice y pulgar hacían girar la geométrica astilla en mi interior sin compasión. Mi cuerpo exhaló un grito sordo por la brecha lateral abierta si remedio en dirección a la cuchilla de acero que me hacía ser quien soy, servir para lo que sirvo. Se oyeron las quejas del muchacho porque su mano izquierda que me sustentaba, ya no encontraba la resistencia precisa para seguir girando sus dedos sosteniendo el lápiz.
Pero aun así continuó. El director de escena dijo:
-“Tenemos problemas. Creo que este instrumento no va a tocar más.”
Me cogió entre sus manos a la vez cómplices y asustadas, apretó ligeramente a la vez mis costados con la unción con que se adivina que uno le dice a alguien las últimas palabras, y entonces quebré en dos en toda mi longitud y ya no hubo duda.
Sentí en mis últimos momentos la compasión del que queda frente al que se ha ido. Entonces recobrando un instante de vida, sentí cómo desde su sillón tuvo la inmensa deferencia de dejarme volar hasta mi último destino, donde caí, como una mariposa agotada, en medio de otras ya no vidas, donde aún estoy pero ya no me encuentro, ni me buscan.
Toca el timbre. Nuevos alumnos toman el aula. El profesor vive secretamente su duelo. Se van acercando uno a uno con sus consultas sobre el papel. Pinturas a veces de puntas romas inundan la mesa del director de esta particular escenografía.
Pero aquel pequeño objeto de plástico azul, donde la madera de los lápices se hacía torbellino ya no está. Todos aceptan su muerte sin inmutarse. Pronto será substituído.

Autora: María Edelmira Ovies López

Gaites, gaites y más gaites; de colores, con rayes, con puntos, con bichos… ¿cuál te gusta más?
Vídeos de los alumnos de Profundiza

Os presentamos los cortos de animación elaborados por los alumnos de 2º de ESO que participan en el Programa Profundiza "Ciencia x cine": http://www.fundacionctic.org/cienciaxcine

" El fantasma de Lincoln":



"Discusión corriente":



"Houston, tenemos un problema":

Exploración del lago Vostok


Lago subglacial más antiguo y puro que ha existido durante más de 20 millones de años.

El Lago Vostok que ha existido durante más de 20 millones de años, encontrado en el corazón de la Antártida a unos 3.766m bajo el hielo. Según los científicos de la base Vostok llevados a cabo la expedición Antártida rusa, se atreven a decir que probablemente se trate del agua más pura y antigua del planeta.

Tienen datos de que la superficie será estéril aunque en el fondo del agua habrá vida, pero en condiciones radicalmente extremas como termófilos y extremófilos.
El lago Vostok mide unos 250Km de largo y 50Km de ancho y la presencia allí o no de microorganismos dependería, según argumentan los científicos, de si se formó cuando el continente blanco estaba ya helado o se formó antes de que se congelara.
La temperatura media del agua es de alrededor de −3 °C por debajo del punto de congelación.
                  
En cuanto al por qué permanece líquida en el lugar más frío del planeta, se han sugerido diversas hipótesis, como por ejemplo, que el calor interior de la tierra calienta las rocas bajo el lago.
Otra hipótesis es que permanezca líquida debido a la presión de la masa de hielo que la cubre, pues el hielo se funde con la presión.

La estación instalada sobre la superficie del lago Vostok registró la temperatura más baja en la Tierra, con unos 89 grados bajo cero. No fue sino hasta 1996 que científicos rusos y británicos confirmaron la existencia del lago, este lago subglacial es el más grande de los cientos que se han encontrado hasta ahora.

Rock in Rio Madrid 2012.


Quedan apenas 3 meses para disfrutar de una de las citas musicales del verano. El festival Rock in Rio vuelve a Madrid los días 29 y 30 de junio y 5,6 y 7 de julio. Si asistes al festival podrás tener el placer de ver actuar artistas de la talla de David Guetta, Lenny Kravitz, Red Hot Chilli Peppers, Maná, Macaco, Afrojack, Pitbull... y un sinfín de grandes artistas. Si quieres disfrutar de toda la música puedes adquirir tu entrada desde 70 euros aproximadamente, y por 275 euros al día, tendrás acceso al área VIP de la Ciudad del Rock, que tiene una capacidad de 2000 personas, está ubicada en el mejor emplazamiento del recinto y contará con una gran terraza con vistas al escenario, aire acondicionado, catering, barra libre, zonas verdes y una cuidada decoración. Además, tendrás la posibilidad de aparcar tu coche en una zona especial con la adquisición de dos entradas VIP que te permite llegar a la Ciudad de una forma sencilla, rápida y directa. Las entradas están en venta desde el 1 de abril en los centros comerciales de El Corte Inglés.

Leonard Norman Cohen ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras


El jurado concede el galardón al escritor y cantante canadiense, autor de una obra poética, novelística y musical que «ha influido en tres generaciones de todo el mundo»

Leonard Norman Cohen nació en Montreal (Canadá) en 1934, en el seno de una familia de emigrantes judíos. Comenzó a escribir poemas a los 15 años. Considerado uno de los autores más influyentes de nuestro tiempo, sus poemas y canciones han explorado con profundidad y belleza las grandes cuestiones del ser humano.

Publicó su primera obra poética, titulada Let us compare mythologies, inspirada en Federico García Lorca, por el que siempre ha manifestado gran admiración.

Su literatura, así como su poesía cantada, y la prosa mecida por inconfundibles melodías folk le han valido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011.

Cohen no es ni un grandísimo cantante ni un grandísimo músico, sino un poeta que ha influido y sigue influyendo en la gente joven del mundo entero.

Autor de trece libros, en la década de los 60 se instaló temporalmente en la isla de Hydra, en Grecia, y comenzó a componer canciones aunque sin abandonar la literatura. En 2011 ha publicado Poems and Songs. Es Oficial y Compañero de la Orden de Canadá, la orden civil canadiense de mayor rango, y Gran Oficial de la Orden Nacional de Quebec.

En 2008 ingresó en el Rock and Roll Hall of Fame y en 2010 fue distinguido con el premio Grammy a toda una trayectoria. La candidatura para recibir el Premio Príncipe de Asturias que propuesta por un miembro del jurado de los premios cuyo nombre no ha trascendido por decisión propia, según fuentes de la Fundación Príncipe. Se premia a Cohen cuatro años después de haber concedido el galardón de las Artes a Bob Dylan.  El discurso del canadiense Cohen fue totalmente improvisado ya que la noche anterior al escribir su discurso no estaba satisfecho y decidió dar su agradecimiento con sus propias palabras.


Alguien poco corriente

 Susana Rodríguez Antoranz

¿Qué faigo yo nesti sitiu tan escuru? ¡ Socorro, socorro! ¡Quiero salir! Esto tá que nun veo ni torta. ¡Aay!. Una manona enorme y peluda tá a puntu d’espachúrrame. ¡Non, que non! ¡Yo nun quiero una casa con verxes! ¡Quiero escapar per onde seya! ¿Y quiénes son estos? ¿Onde toi?

-         Esti periquitu tá como una regaera -diz la neña- a ti tomáronte’l pelo pá, tú mira, nun fai más que’l picu rabucu. Podíes lleválu pa un circo. Non, claro, y nun se vos ocurrirá  más que xuntálu col mariellu. Mira que carina tienen los dos, vamos, ¡ Pa volvenos a toos llocos!

-         ¡Calla, calla! –diz la ma de la neña- que faen buena pareya. Al marielu llamarémoslu Mingo.

-         Sí, home, sí ¡Lo que mos faltaba!, y al otru, nun me digas más, que ya lo toi viendo venir... ¡Taresa! ¿non? –repuso la neña-.

-         Pues sí, acertasti de pleno -atayó la ma-.

-         ¡Bueeno, bueeenoo! Menos dar la parpayuela – dixo’l pa de la neña mui seriu- y a pone-y a estos probinos agua nel bebederu y ¡alpiste!, que tan muertos fame.

¡Uy, uy! ¿Pero esto qué ye? ¿Pa qué me despierten tan ceu? Cagon la mar...Ye l’amu, que va  trabayar pa la mina. Tengo un suañu... Pero ná, qu’habrá que face-y la gracia! Porque lluéu nun me pon lechuga, y… ¡Gústame tanto! Faigo lo que seya por una fueyina.

-         ¡Bonos díes pitufo!  –diz l’amu-

Sí, sí. ¡Lo que faltaba!  Pitufo, pitufín, piti, enanu -pa la neña-, Taresa -pal ama-  Si a esti pasu ¡Van volveme toos llocu! Amás, que nun soi fembra, pero… ¿Pa cuándu se van a enterar? ¡Qué soi machu, carayu! Tantos años viviendo equí y en tovía nun s’enteraron de la fiesta. Yo, yo... lo que quiero ye que me devuelvan a la miocollacia. Que tamién...Vaya nome que fueron a planta-y a la probina... ¡Mingo! Mira que llamála Mingo. Nun había nomes más guapinos...

La culpa, la culpa túvola’l mio amu. Sacónos un día a los dos y cuando tábamos  enriba la nevera faciéndonos carantoñines, bien él cola su manona… dando- y tal sustu que… ¡Salió d’estampida pela ventana que taba entreabierta! Non, eso si que nun-y lo perdono yo.

-         ¡Piti, piti! ¡Ven, ven! -diz el so amu-
-         ¡Dizme que ven ,ven! Pero ¿Cómo? ¿Acaso tengo yo cara perru? ¿Cuándu se vió cosa paecía! Pero ya sé yo por qué ye... ¡Cagon diez!... Un día tábamos de vacaciones nel pueblo del ama, marcharen ellos pa la playa y dexáronme colgáu nel tendal ¡Qué ocurrencies, hombre, qué ocurrencies! Casi nin lo cuento. Primero, primero cayó una tormenta. ¡Una pingaura!... Que daba igual, ponéme  enriba que debaxu, porque pusiérame onde me pusiera la mio casa nun tenía más que goteres. Pero non, non, que lo meyor taba por venir. Cuando ya abocanare un pocoñín ¡Apaez pela esquina un animalón con unes oreyes picudes, a cuatro pates y meneando’l rabu de contentu...! Merendar, nun me merendó, pero, ente’l catarru que garré y el sustu que tenía metíu nel cuerpu, cuando llegó’l mio amu y dixo: “¡Hola Pitufo!”. Yo, en llugar de responde-y con un cordial “¡pío, pío!”, solte-y un: “¡GUAU GUAU!” qu’aquel tornóse pálidu y dixo-y a la  muyer:
-         “¡María, María! Esti páxaru dende que-y marchó l’amiga, ¡Tá como un cestu nueces! Recuérdame merca- y el llunes una correína pa sacálu a pasiar pela güerta.”






Caramelos
Susana Rodríguez Antoranz
 Una señora me ha hecho pasar aquí a esta habitación oscura. ¿Habré sido mala? A mí me gustan mucho los caramelos, cuando la tata no está y siento cerrar la puerta, salgo rápidamente hacia la sala de puntillas, abro el cajón, saco la caja de hojalata y al destaparla veo los intensos colores. A lo mejor por eso estoy aquí. Cuando me acuesto y mamá viene a darme el beso de buenas noches, amasamos pan. Ella remueve la ropa de mi cama, siento cosquillas y entonces reímos juntas pero antes de que se vaya, siempre le pido que no cierre la puerta porque a veces sueño que viene el hombre del saco. Se pone justo detrás de mí nada más abrir la caja de los melos y hasta ahora nunca me ha cogido porque  cuando llego corriendo a las faldas de tata, él desaparece.

Don Rodolfo se pasa los días refunfuñando y no hace más que tirarme de las orejas porque me cuesta aprender la tabla de sumar pero ya tengo un truco divertido: cuando tenga que pensar los números comenzaré a ver caramelos de muchos sabores y colores, miles de caramelos aunque a Pedrito no le daré ninguno porque el otro día cuando salimos de la escuela sacó de la cartera una tableta de chocolate y, el muy tragón, se la comió él solo.

Hace frío. ¿Habré sido mala? Mamá dice que pronto tendré un hermanito, tengo ganas de verlo y le regalaré caramelos de vivos colores. Hace poco estuve pensando en eso de que los niños vienen de París y no lo entiendo muy bien aunque estoy segura de que no vendrá hasta la primavera, porque ahora nieva, hace mucho frío y la cigüeña no podrá llegar. ¡Ojalá continúe nevando! Así no iremos a la escuela, haré muñecos de nieve y un ángel, como esos que hay en el cielo, con sus alas blancas y resplandecientes.

Hace frío. ¿Habré sido mala? Cuando sea mayor aprenderé a hacer dulces y caramelos porque  nosotros, los niños, sonreímos cuando los vemos y los mayores también se ponen contentos. Seguro que si hago muchos dulces y caramelos la gente nunca volverá a estar triste y las personas mayores volverán a sonreír. Haré tartas con mucho merengue, de chocolate y de frambuesa. Se celebrarán fiestas y se cantarán alegres canciones  y  el mundo sonreirá.

Tengo miedo, quiero ver a mamá. Prometo ser buena, aprender la tabla de sumar y hacer bien las letras. Quiero salir de aquí, esa señora vestida de negro es vieja y fea. Mamá me da muchos besos y abrazos al llegar de la escuela, sus manos son suaves y su pelo como los rayos del sol. Cuando sea mayor, yo voy a seguir queriendo mucho a mi mamá. Ahora parece que hay claridad, veo borroso, veo a alguien vestido de blanco con cabellos de ángel… Me cuesta abrir los ojos. ¡Es mamá! ¡Mamá ha venido a buscarme! Y sonríe y me abraza fuerte. Seguro que  le han regalado una caja de caramelos de muchos colores.









 





Solenqui

Sara Liubomirova Ivanova. Pleven, Bulgaria


tiempo de preparacion
45 minutos

El Solenqui es un postre búlgaro muy fácil de preparar. Solo se necesitan estos ingredientes:

250 g harina
250g queso rallado
250 g margarina
1 cucharadita  de sal
Levadura en polvo.

Preparación: Se mezcla y remueve la margarina y el queso, a continuación añadimos la harina y posteriormente la levadura en polvo y la sal. Lo metemos en el horno unos 45 minutos, y ya está listo.

Espero que os guste mucho.




Las distopías
Natalia Castro- La felguera
La tecnociencia experimenta en el siglo XX un empuje sin precedentes. Entre otros desarrollos están los estudios sobre fundamentación de la matemática (Russell, Brouwer), la revisión de los conceptos nucleares de la física (Einstein, Planck, Bohr, Heisenberg) y la reforma behaviorista de la psicología (Pavlov, Watson). Las ciudades se transforman gracias a la extensión de los avances del siglo pasado como la iluminación eléctrica o el motor de combustión interna, y al desarrollo de los nuevos: automóviles, aviones, plásticos, fibras sintéticas como el nailon, penicilina, sulfonamida, etc.

La industria bélica será una de las más pujantes, y en ella estará el origen de muchas líneas de investigación, como por ejemplo la que relaciona la física atómica y el desarrollo de armamento nuclear. Incluso aquellas áreas de investigación que aparentemente están poco relacionadas, como la máquina de Turing (1936) (origen de los primeros computadores) se desarrollaron, fundamentalmente, para tareas militares.

Durante los años 20 y treinta del siglo xx, la literatura de ciencia ficción que se publica en Europa y en Estados Unidos es tan dispar que casi se podría hablar de géneros distintos. Mientras que la americana es una literatura de aventuras ligera, publicada en revistas periódicas dirigidas a un público principalmente juvenil; la ciencia ficción europea es mucho más exigente en cuanto a calidad y mucho más pesimista a cerca del futuro. Los ejemplos más notables son: R.U.R., Un mundo feliz y 1984


Escrita en el mismo periodo que Nosotros, la obra de teatro: R.U.R. Robots Universales Rossum (1921) del escritor checo Karel Capek, es famosa por la creación de un término con mucho futuro: “robot” que el autor deriva del vocablo checo “robota” que significa trabajo forzado, servidumbre.



La novela de Aldous Huxley Un mundo feliz publicada en 1931 es posiblemente la antiutopía más famosa de toda la literatura del siglo XX. En ella, Huxley nos presenta la realización de una utopía: una sociedad en la que todos sus miembros son felices. Esta felicidad deriva del perfecto encaje entre lo que cada individuo desea y su realidad. La reproducción se ha mecanizado y “racionalizado”, se producen solo los individuos que se necesitan y las características que éstos exhiben están previamente seleccionadas según la función que desempeñarán laboral y socialmente.


1984, escrita en 1948 por el escritor George Orwell, es la antiutopía más terrible de éste periodo, en ella se describe un futuro en el que todo atisbo de libertad ha desaparecido y todos nuestros movimientos, todas nuestras esperanzas y todos nuestros deseos son vigilados por el "Gran hermano".


Nuevo disco de Marisa Valle Roso
David Zapico Montes - La Felguera

Marisa Valle es famosa como figura de la canción asturiana, pero en el IES Santa Bárbara la conocemos también, porque en el curso pasado hizo con nosotros las prácticas como profesora de Tecnología. Desde aquí le deseamos los mayores éxitos, tanto en sus clases como en su carrera artística.
Si quieres escuchar una de las canciones de su último disco dale al PLAY.

CIENCIA FICCIÓN
Natalia Castro, Langreo
La literatura de ciencia ficción nace en el siglo XIX  de la mano, principalmente, de tres autores Mary Shelley, Jules Verne y H. G. Wells.

Se considera "Frankenstein" de Mary Shelley (1818) la primera obra de ciencia ficción. Las razones aducidas a favor de esta tesis son que, en esta obra, es ciencia y no magia la que se utiliza para crear una vida artificial. Aunque el contexto literario de Frankenstein sea el de la novela gótica,- y Frankenstein conserva el tono fantástico y el aire poético propio de este género- la temática se aleja de lo mágico y lo sobrenatural para plantearse el poder y los límites de la tecnología. Además Mary Shelley legará al género que inaugura dos de sus tópicos más
recurrentes: el científico loco y la creación de vida artificial.


Jules Verne (1828-1905), el autor elegido por la mayoría de los críticos como el padre de la ciencia ficción. Verne concibe el proyecto de crear la literatura de la edad científica, vertiendo todos estos conocimientos en relatos épicos, ensalzando el genio y la fortaleza del hombre en su lucha por dominar y transformar la naturaleza. Alguna de sus obras más famosas son: De la Tierra a la Luna, 20.000 leguas de viaje submarino o La vuelta al mundo en 80 días. 


El  tercer gran autor del XIX es H.G Wells (1866-1946),
En la extensa obra de Wells, encontramos esbozados gran parte de los temas que nutrirán posteriormente al género: el científico loco y la creación de vida artificial en La isla del doctor Moreau,  primer contacto con formas de vida extraterrestres (La guerra de los mundos) y viajeros en el tiempo (La máquina del tiempo).
En La máquina del tiempo (1905), el protagonista, inventor de una máquina para remontarse por el tiempo, desemboca en el año 802.701. El explorador entra en contacto con los “elois”, humanos desprovistos de sentimientos cuyo nivel intelectual es el de un niño de cinco años. Son exclusivamente frugívoros, viven en grupo y desconocen el trabajo. En la Tierra existen otros humanos, los “morlocks”, que son los descendientes de los obreros del pasado, mientras que los “elois” descienden de los amos que, liberados durante milenios de la necesidad de luchar y trabajar, han ido degenerando poco a poco. En una parodia de la lucha de clases, los morlocks se comen a los elois. Sin embargo, este no es todavía el destino definitivo de la humanidad, el viajero hace aún otro viaje al futuro del futuro, hasta treinta millones de años, donde toda vida ha desaparecido.


A pesar de ser tres autores muy distintos, Shelley, Verne y Wells, comparten una imagen de la ciencia y de la tecnología muy similar: En primer lugar, en sus novelas la figura principal no es un científico o un técnico, es un inventor. Un inventor es alguien que lo hace todo por si mismo, domina la teoría y pasa a aplicarla con sus propias manos. En estas primeras obras de ciencia ficción, la tarea científica está representada como eminentemente individual, hay ayudantes y subordinados, pero no verdaderos equipos. Y si el protagonista es el inventor, el resultado de su acción son los inventos, fundamentalmente artefactos.

En ocasiones los inventores aparecen como seres solitarios y excéntricos (Victor Frankestein, el capitán Nemo, el doctor Moreau, el Viajero del Tiempo…) alejados de la humanidad por el alcance de sus visiones. Sus conocimientos y su trabajo resultan tan extraños que, algunas veces causan pavor y provocan su exclusión social. Son los “científicos locos” que representan el riesgo de desatar fuerzas que después son incapaces de controlar.  

UN MAESTRO EN LA CALLE


Langreo, Joaquín Fernández

En la antigua Roma los maestros daban sus clases en la calle si, cosa al parecer nada infrecuente, no tenían un local ad hoc ni dinero con que alquilarlo, y cobraban directamente de sus alumnos (toquemos madera profesores y alumnos). Por lo que aquí cuenta Marcial no debían de gozar de muy alta estima social (volvamos a tocar madera -esta vez los profesores). Por cierto, Marcial, aunque era de Calatayud, escribía en latín -lo digo por si a alguien le suena esto último (y ahora vamos a tocar madera solo Mª Antonia y yo).




¿Qué tienes contra el barrio, criminal
maestrillo de escuela y enemigo
de niños y muchachas por igual,
que atruenas ya entre azotes y castigos
y aún no se han despertado las gallinas?
Tan bronca es, comparada contigo,
la radial de un peón en una esquina,
y es más suave el rugido de una hinchada
si en el derby golea a su vecina.
No exigimos dormir la mañanada
pero sí, por lo menos, pegar ojo:
da vacaciones a la muchachada.
¿O es que quieres, cotorra, por callar
lo mismo que te embolsas por berrear?


Marco Valerio Marcial, Epigramas, IX, 68. Versión (libre) de Joaquín Fdez.